Los Pastores de Belén

Narrador:


¿Alguna vez han pastoreado ovejas?
Imaginen esto conmigo...
Estamos en el siglo primero. No hay electricidad, no hay autos... solo ovejas, frío y un cielo enorme.
¿Cuál creen que fue el peor trabajo en los tiempos de Jesús? ser carpintero? Sirviente? Soldado?
Pues en tiempos de Jesús uno de los peores trabajos era ser pastor de ovejas

Los pastores eran considerados los últimos de la sociedad, sucios, pobres y poco confiables
Los fariseos los consideraban siempre impuros, porque vivían entre animales y lejos del templo, porque tocaban animales muertos, limpiando sangre y partos, durmiendo donde las ovejas hacían sus necesidades.
¿Injusto?, Sí.
Pero así pensaba la gente en ese tiempo.

(Pregunta al público)
Si te dijeran que no puedes entrar a la iglesia por culpa de tu trabajo... ¿cómo te sentirías?

Así se sentían ellos: invisibles, despreciados y juzgados.
Pero Dios...
Dios tiene otra forma de mirar.
Así, con eso comenzaremos nuestra historia.

El Inicio

Elias:

(agitando las manos por el frío) ¡Qué noche tan helada! Hasta las piedras parecen hielo.

Miriam:

(ríe suavemente) Pues las ovejas no se quejan. Aunque... las preñadas están inquietas hoy.

Jonás:

Eso es el viento del este... siempre trae cambios. Aunque también trae sed. Ya casi no queda agua en el arroyo.

Efraín:

Ni pasto en la ladera sur. Todo está reseco. A veces me pregunto cómo sobrevivimos aquí...

Raquel:

Con paciencia, Efraín. Y con fe. Cada día Dios provee para estos animales... y para nosotros también. (Pausa. Todos miran el cielo.)

Elías:

¿Saben lo que más me duele? Que para los rabinos somos impuros... que nuestro trabajo vale poco, cuando cuidamos los corderos mismos que ellos sacrifican en el templo.

Raquel:

Desprecios... Pero Dios ve lo que hacemos en este campo, aunque ellos no lo vean. Miriam: (afirmando con fuerza) Algún día... el Señor enviará al Mesías. Y entonces los humildes serán recordados. (Todos quedan pensativos mirando las brasas.)

El ataque y el nacimiento

Efraín:

(temblando) ¿Oyeron eso? ¡Lobos! (Pausa. Todos miran el cielo.)

Raquel:

Elías: ¡A sus puestos! ¡No dejen que se acerquen al rebaño! (Los pastores toman palos; se escuchan gruñidos. Luz tenue que simula movimiento y tensión.)

Miriam: (señala hacia un lado) ¡Por allí! ¡Están rodeando a las más jóvenes! Jonás: (corre) ¡Atrás, bestias! ¡Estas ovejas no son para ustedes! (Se oye un choque de palos con piedras. Luego, silencio.) Raquel: (con angustia) Elías... faltan dos ovejas. No las veo. Elías: (respira pesado) Se las llevaron... —Otra vez perdemos vidas por los lobos... (Silencio de tristeza.) Efraín: ¿Para esto vivimos? Frío, peligros, desprecios... A veces pienso que Dios se ha olvidado de nosotros. (De pronto se escucha un balido suave de parto.) Raquel: ¡Un momento! ¡Esta oveja dará a luz! (Todos corren hacia una oveja recostada.) Miriam: ¡Jonás, trae las telas limpias! (Al público) Las guardamos del templo... para proteger a los corderos recién nacidos. Jonás: (a Raquel) Sujeta la cabeza... ya viene... con cuidado... (Se simula el nacimiento. Un muñeco de corderito envuelto es perfecto.) Raquel: (sonríe con ternura) Aquí está... un corderito pequeño sin mancha... ¡perfecto! Este corderito estará bien para el sacrificio. Efraín: (enternecido) Qué extraño... perdimos dos ovejas por los lobos... pero Dios nos regala una vida nueva en la misma noche. Miriam:(asiente) Así es el Señor... incluso en nuestro dolor, hace nacer esperanza. (Los pastores envuelven al corderito con tiras de tela y lo colocan en un pesebre pequeño de madera.) Elías: ¡Con cuidado! envuélvelo con cuidado con las telas. Sabes que los sacerdotes los revisan detalladamente. Si no tiene defectos será ofrecido en el templo. Miriam: (con voz profunda) Nosotros cuidamos corderos para los sacrificios... Pero un día, según los profetas, nacerá un salvador, como un Cordero perfecto... que quitará el pecado del mundo. Efraín: ¿Acaso no ve Dios todo esto? ¿No ve nuestro cansancio... nuestra falta de honor ante los demás? (Silencio reverente.) Jonás: (mirando el cielo) Ojalá ese día fuera hoy.